Este pan sin gluten de trigo sarraceno se ha convertido en una receta básica en casa, preparamos uno cada semana. Aquí lo tenéis recién salido del horno, ¡huele de maravilla!
Este lleva además tomates deshidratados, que le dan un toque fantástico. Alguna vez he añadido también orégano y aceitunas negras, combinan de fábula con el tomate deshidratado.
La receta no es complicada pero sí requiere de cierta planificación, pues hay que remojar el grano durante una noche y después dejar fermentar la masa durante un día. No te desesperes, cuando lo hayas preparado un par de veces ya no tendrás que mirar las instrucciones.
Ingredientes
- 500 g de trigo sarraceno entero
- Entre 120 y 200 ml de agua
- 15 g de sal
- 8-10 tomates deshidratados
Instrucciones
- Lava el trigo sarraceno con la ayuda de un colador.
- Colócalo en un bol grande y cubre con agua. Déjalo en remojo durante toda la noche.
- Al día siguiente, enjuaga el trigo sarraceno bajo el grifo, ponlo en la batidora de jarra o procesador de alimentos y añade unos 120 ml de agua y la sal.
- Tritura hasta que se mezcle el trigo sarraceno con el agua. Si ves que necesitas más agua para poder triturar añádela poco a poco. No es preciso que quede excesivamente triturado.
- Vierte la mezcla de nuevo en un bol, cubre con un paño de cocina y deja reposar durante 24 horas a temperatura ambiente. En este punto puedes añadir algunas semillas de girasol y calabaza e integrarlas en la mezcla con una cuchara de madera.
- Pasadas las 24 horas, calienta el horno a 180 °C y vierte la masa en un molde. Si es de silicona no hace falta engrasarlo.
- Si quieres añadir sobrasada, aceitunas, tomates deshidratados o cualquier otro ingrediente que no te parezca buena idea dejar fermentando durante 24 horas, hazlo ahora.
- También puedes añadir ahora por encima las semillas que prefieras: pipas de girasol, semillas de sésamo, ...
- Colócalo en el horno, en la rejilla central, y hornea durante 1 hora. Los bordes deben quedar ligeramente dorados. El centro será lo último en estar listo, así que si ves un lugar húmedo allí, no ha terminado de hornear.
- Sácalo del horno y cuando puedas, desmolda sin escaldarte los dedos. Deja enfriar completamente. Lo ideal es sobre una rejilla para que no se humedezca.
Una vez frío lo conservo en la nevera y cada vez que quiero comer un trozo, caliento la rebanada en una sartén con un poco de ghee. Buenísimo...