Trigo sarraceno, agua, sal y psyllium es lo único que necesitas para preparar este pan de trigo sarraceno sin gluten que gustará incluso a los más panarras. ¡Y es que esto ya parece pan de verdad!
La diferencia respecto al pan de trigo sarraceno que venía haciendo hasta ahora es que he añadido psyllium.
El psyllium es la cáscara de las semillas de la planta Plantago ovata. Es una fibra natural y prebiótica con un gran poder de absorción de agua, ideal para convertir la masa del pan de trigo sarraceno en algo más o menos manejable.
En mi opinión de panadera dicharachera, el psyllium aporta volumen, reduce humedad y neutraliza el sabor del trigo sarraceno, que tras 24 horas de fermentación puede ser un poco fuerte.
Al ser la masa menos húmeda, puedes meterla en el horno sin tener que usar un molde, así el pan tiene forma de hogaza y las rebanadas tienen un tamaño considerable.
Pan de trigo sarraceno fermentado
Raciones: Un pan de 1,2 kg aprox.
Preparación: 15 '
Cocción: 1 h 20 '
Total: 1 h 35 '
Ingredientes
- 2 tazas y media (500 g) de trigo sarraceno en grano
- ¼ de taza (20 g) de psyllium en formato cáscara o polvo (si lo usas en polvo ponle un poquito menos, unos 15 g, porque tiene más fuerza)
- Entre ½ taza y 1 taza de agua (entre 120 y 240 ml)
- 1 cucharada de sal (17 g)
- 1 cucharada de harina de trigo sarraceno para enharinar el pan antes de meterlo en el horno (opcional)
Si no tienes psyllium puedes igualmente hacer el pan, tan solo ten en cuenta que tendrás que usar un molde de este tipo porque la masa es muy líquida. Aquí tienes la receta.
Instrucciones
- Lava el trigo sarraceno con la ayuda de un colador.
- Colócalo en un bol grande y cúbrelo con agua. Déjalo en remojo durante toda la noche.
- Al día siguiente, enjuaga el trigo sarraceno bajo el grifo, ponlo en la batidora de jarra o procesador de alimentos y añade unos 120 ml de agua y la sal.
- Tritura hasta que se mezcle el trigo sarraceno con el agua. Si ves que necesitas más agua para poder triturar añádela poco a poco, hasta un máximo de 240 ml. No es preciso que quede excesivamente triturado, si ves que quedan algunos granos enteros no pasa nada. La cantidad de agua que necesites dependerá también del tiempo que dejes escurrir el grano en el paso 3.
- Vierte la mezcla de nuevo en un bol* y añade el psyllium, incorpórandolo a la mezcla con una cuchara de madera. En este punto puedes añadir también algunas semillas de girasol, calabaza, sésamo,... Personalmente evito usar semillas de lino y chía porque tienen mucílagos y apelmazarían demasiado la masa. Además no me gusta hornearlas, manías que tengo. *Yo utilizo un bol de cristal que tiene forma de media esfera o un banetón de pulpa de madera, así la masa toma esa forma durante la fermentación.
- Cubre el bol con un paño de cocina limpio y deja reposar la mezcla durante 24 horas a temperatura ambiente o dentro del horno (apagado). En verano puedes reducir este tiempo a 12-16 horas si ves que la masa ya ha fermentado (verás que está hinchada).
- Pasadas las 24 horas, calienta el horno a 175 °C.
- Pon un trozo de papel de horno en la bandeja y espolvorea sobre él un poco de harina de trigo sarraceno. También puedes utilizar un tapete de silicona como este.
- Coloca la masa sobre el papel de horno y dale forma de hogaza con las manos. Si has utilizado un bol como el que te comentaba en el punto 5 apenas tendrás que darle forma. De hecho cuanto menos la manipules, mejor.
- Espolvorea un poco de harina de trigo sarraceno por encima de la masa, esto es opcional pero le dará un toque rústico a la hogaza.
- Haz uno o dos cortes en la hogaza (greñado) para facilitar la cocción y evitar que la hogaza se abra por otros puntos.
- Introduce la bandeja en el horno y hornea durante 1 hora y 20 minutos a 175 ºC, calor arriba y abajo.
- Saca la hogaza del horno y déjala enfriar sobre una rejilla para que la parte inferior no se humedezca.
Una vez frío, consérvalo en la nevera y tuéstalo a medida que quieras consumirlo en una sartén o en un grill con un poco de aceite de oliva o ghee. Yo lo tuesto en este grill pequeño de piedra y queda genial.
También lo puedes congelar. Para hacerlo, corta el pan en rebanadas y coloca un trozo de papel de horno entre ellas para que no se enganchen. Cuando lo quieras consumir puede ir directo del congelador a la sartén o al grill.