Remedio clásico donde los haya, la manzanilla (Matricaria chamomilla) puede hacer por ti mucho más que aligerar esa digestión que te está dando la tarde.

Con más de 120 compuestos activos, probablemente su acción digestiva sea la menos impresionante de todas.

Y es que todos hemos tomado manzanilla alguna vez porque nos dolía la tripa. De hecho, es probable que no te guste nada precisamente porque la asocias a encontrarte mal.

Con suerte, conocer sus propiedades te ayudará a reconciliarte con ella y te animará a prepararte una taza de vez en cuando. O cada tarde.

10 Beneficios de la manzanilla

1. Ayuda a aliviar las molestias de una digestión pesada

Esta ya te la sabías. :)

La manzanilla tiene propiedades antiinflamatorias y carminativas (que te ayuda a soltar gases, vamos) que pueden ayudar a aliviar los síntomas de una indigestión o la incomodidad de una comida muy pesada.

No la tomes inmediatamente después de comer, espera un poco para no diluir los jugos gástricos ni empeorar el panorama con más volumen en tu estómago.

2. Parece mejorar los niveles de azúcar en sangre

Sus propiedades antiinflamatorias tienen un efecto beneficioso sobre el páncreas, el órgano responsable de la secreción de insulina, que parece contribuir a una mejora de la gestión de la glucosa postprandial y los valores de hemoglobina glicosilada.

Hacen falta más estudios como este, pero es algo alentador.

3. Es rica en antioxidantes

La manzanilla contiene ácido clorogénico, ácido elágico, luteolina, apigenina y quercetina (entre otros), compuestos antioxidantes capaces de reducir el estrés oxidativo y proteger del daño celular que causan los radicales libres (estudio).

Los antioxidantes ejercen sus efectos eliminando directamente las ROS (especies reactivas de oxígeno) y/o mejorando indirectamente el sistema de defensa antioxidante endógeno (glutatión, catalasa y superóxido dismutasa).

4. Puede mejorar el perfil lipídico

Justamente su contenido en antioxidantes es lo que ha demostrado mejorar el perfil lipídico y el estrés oxidativo en pacientes con diabetes (estudio), concretamente el colesterol LDL y los triglicéridos.

Si puede hacer eso en pacientes con diabetes, probablemente pueda ayudarnos a todos un poco, ¿no?

5. Se está estudiando su potencial anticancerígeno

Esto son palabras mayores, lo sé. 

Algunos estudios apuntan a la presencia de compuestos anticancerígenos en la manzanilla que podrían ayudar a prevenir el crecimiento del glioma y algunas otras formas de cáncer: hígado, cuello uterino y leucemia.

Que nadie se aferre a la manzanilla como tratamiento, pero saber que esa infusión relajante al final de la tarde puede echarte un cable en este frente, siempre se agradece.

6. Alivia la migraña y el dolor de cabeza

Gracias a su contenido en apigenina, la manzanilla puede ayudar a aliviar el dolor de cabeza y la migraña de origen tensional.

Se está estudiando incluso su aplicación tópica (aceite esencial diluído en aceite vegetal) para este fin.

Es importante tener en cuenta que otro motivo habitual del dolor de cabeza es la deshidratación. Con una taza de manzanilla matarás dos pájaros de un tiro.

7. Ayuda a combatir la fiebre

La manzanilla tiene propiedades antipiréticas y analgésicas que pueden ayudar a reducir la fiebre y a promover la sudoración.

La fiebre es molesta pero terapéutica (dentro de un rango), no se trata de reducirla porque sí, sino de atravesarla lo mejor posible para después sentirnos mejor.

8. mejora el descanso nocturno

De nuevo la apigenina al rescate: su presencia en la manzanilla puede ayudar a promover la relajación y el descanso nocturno (estudio).

De ahí que la mejor hora del día para tomarla sea hacia el final de la tarde, pero procura no beber demasiado líquido antes de acostarte, justamente para no interrumpir el sueño solo porque necesitas ir al baño.

Ese estudio no apreció mejoras en caso de ansiedad grave o insominio, pero sí hay otros estudios que han demostrado un alivio de los síntomas de la depresión y la ansiedad mediante la inhalación del aceite esencial de manzanilla y lavanda en personas mayores o ante situaciones estresantes.

9. Ayuda a mejorar la salud de la piel

La manzanilla tiene propiedades antiinflamatorias, antioxidantes, antibacterianas y antifúngicas que mejoran el estado de la piel inflamada, las rojeces y el acné. Favorece la regeneración de la piel y disminuye algunas hiperpigmentaciones.

Personalmente me encanta en forma de hidrolato y en mezclas de aceites faciales que la incluyen en su formulación, pero también puedes utilizar la infusión (tibia o fría) directamente sobre la piel.

10. Alivia la tos y el resfriado

La manzanilla tiene propiedades expectorantes gracias a su contenido en cineol, que ayuda a aliviar la tos y las molestias propias del resfriado. No es algo infalible pero te puede hacer sentir un poco mejor.

Cómo se prepara

Siempre que te sea posible, compra manzanilla ecológica y en flores sueltas.

Será una manzanilla de mayor calidad y te evitarás los microplásticos que con frecuencia vienen en las bolsitas.

Para infusionarla:

  1. Llena un cazo pequeño con agua y llévala a ebullición o utiliza un hervidor de agua seleccionando 100 ºC de temperatura.
  2. Añade una cucharada sopera de flores de manzanilla y remueve para que se sumerjan en el agua.
  3. Apaga el fuego y deja reposar durante 5-10 minutos, con el cazo tapado (puedes poner encima un plato del revés).
  4. Coloca un colador pequeño sobre una taza y vierte la infusión.
  5. Tómala en caliente o déjala enfriar si lo prefieres.

Por comodidad, también puedes colocar las flores de manzanilla en un infusor dentro de una taza y añadir el agua caliente. El tiempo de reposo será el mismo.

Cantidad diaria

Las plantas son poderosas, para bien y para mal.

Una dosis diaria razonable de manzanilla es una o dos tazas.

Contraindicaciones

La manzanilla suele ser una planta segura para la mayoría de las personas. Dicho esto, en algunos casos puede causar malestar e incluso una reacción alérgica.

Parece ser una infusión compatible con la lactancia

En el caso de los niños, no está recomendada en menores de 1 año (por el riesgo de presencia de esporas de toxina botulínica), y a partir de entonces, es mejor aplicar una cierta precaución hasta los 3 o 4 años, y en todo caso ofrecer solamente una pequeña cantidad diluida.

La manzanilla podría también interactuar con algunos medicamentos, consúltalo con tu médico.

Foto de Maksim Askarov en Unsplash