La orquídea es la reina de las flores cuando se trata del hogar: exótica, preciosa y... ¿fácil de cuidar? Bueno, digamos que es relativamente fácil de mantener, lo complicado es conseguir que florezca de nuevo.

- "Ah, ¿pero que florece de nuevo?"

- Todos los años si la tratas como la reina que es.

- Interesante...

Yo siempre digo que cuidar una orquídea es un acto de fe: te pasas 10 meses cuidando de unas hojas para, con suerte, disfrutar de un par de meses de flores.

Pero merece la pena. Un millón de veces.

Variedades de orquídea

Hay más de 25.000 variedades de orquídeas, divididas en géneros distintos. Los más fáciles de encontrar son:

  • Phalaenopsis: la más común pero no por eso menos espectacular. La que tienen en Ikea, Lidl y todas las floristerías. Preciosa.
  • Cattleya
  • Dendrobium
  • Vanda
  • Cymbidium

Puesto que lo más habitual es que compremos o nos regalen una Phalaenopsis, voy a centrarme en ella a la hora de explicar los cuidados que requiere. Si tienes otra variedad, investiga sus cuidados específicos.

Cuidados de la orquídea Phalaenopsis

Si quieres que tu orquídea sea feliz, necesitará:

  • Un estancia luminosa con abundante luz indirecta o tamizada a través de una cortina o un estor. Nunca jamás sol directo, a no ser que se trate de un cristal con protección y sepas a ciencia cierta que las plantas no se queman si les da el sol a través de él. Haz la prueba con una planta que no te importe demasiado...
  • Temperaturas moderadas, entre 15 y 27 grados, aunque después verás que a veces interesa que pasen un poco de frío.
  • Unos buenos niveles de humedad, alrededor del 60 % (flis flis de agua en invierno si pones la calefacción o si vives en una zona de clima seco todo el año).
  • Riego moderado, permitiendo que el sustrato se seque antes de volver a regar. La textura de las hojas suele dar pistas de las necesidades de agua de la planta. Si se empiezan a arrugar, la orquídea está pasando sed.
  • Buen drenaje, sin encharcar (yo creo que esto es válido para tooodas las plantas).
  • Fertilización específica para orquídeas, especialmente durante los meses de invierno para conseguir una nueva floración.
  • Poda de los tallos secos para lograr que tenga mejor aspecto (las hojas secas se caen solas, esas no hace falta podarlas).
  • Trasplante cada 2 años para retirar las raíces secas, renovar el sustrato y recolocar un poco la planta, que a veces tiende a salirse de la maceta. Nunca hagas esto cuando la planta está en flor, siempre durante la larga temporada que estarás cuidando de unas hojas.

Sustrato para orquídeas

Las orquídeas necesitan un sustrato distinto al resto de plantas, puesto que tienen raíces aéreas que se ahogarían en un sustrato convencional. De hecho hay especies que crecen en los troncos de los árboles.

Así, los mejores sustratos para orquídea son:

  • Un sustrato específico para orquídeas, sin más. Lo venden en todos los centros de jardinería. Suele estar compuesto por corteza de pino.
  • Sphagnum: es un musgo esponjoso capaz de retener agua y aire al mismo tiempo. Es bonito. Un poco caro. A veces se utiliza solamente en la parte superior de la maceta.
  • Perlita o vermiculita mezcladas con sphagnum: proporciona un buen drenaje y retiene una cantidad moderada de agua, aunque la perlita tiende a ponerse un poco fea con el tiempo.
  • Bolitas de arcilla expandida: es muy ligera, retiene humedad y proporciona un buen drenaje. Es lo más parecido a tener la orquídea sin sustrato.
  • Una combinación de todo lo anterior.

Personalmente, yo utilizo siempre un sustrato específico para orquídeas.

Fertilización

El sustrato de las orquídeas no tiene apenas nutrientes, de modo que es importante incorporarlos por otras vías.

Compra un fertilizante específico y sigue las instrucciones del envase. Verás que los hay en distintos formatos:

  • Líquido, para diluir en el agua de riego.
  • En ampollas, para colocar bocabajo en el sustrato y que vaya cayendo poco a poco a través de un agujerito.
  • Varillas o clavos, que se 'pinchan' en el sustrato y se van deshaciendo progresivamente.

Macetas para orquídeas

Durante años fui una purista de las macetas transparentes para orquídeas, por aquello de que sus raíces son aéreas y hacen la fotosíntesis. Lo sigo pensando, pero también tengo orquídeas en macetas opacas y florecen igualmente un año tras otro, así que tú decides.

Hay macetas transparentes que están genial, y justamente el sustrato y las raíces de una orquídea son bonitos si quedan a la vista.

Puedes encontrar macetas transparentes en floristerías, viveros y tiendas online.

¿Cómo favorecer una nueva floración?

Lo primero y principal es asegurarse de que se están cumpliendo los cuidados básicos: luz, riego, nutrientes, etc.

Dicho esto,

las orquídeas necesitan "atravesar el invierno" para volver a florecer.

Que noten que ha llegado la primavera. ¿Y cómo se consigue esto?

Asegurándonos de colocarlas en un lugar que tenga una diferencia de por lo menos 5 ºC entre el día y la noche.

Si apagas la calefacción durante la noche y la orquídea está en una zona fresca, es posible que esto ya ocurra sin que tengas que hacer nada más.

Si la temperatura en tu casa es estable durante todo el día, coloca la orquídea en el exterior (un balcón, un patio, un alféizar protegido, el rellano de la escalera) para que pase un poco de frío durante la noche durante unos 10 días.

Si todo va bien, la orquídea acumulará frío y nutrientes para arrancar una nueva floración, que empezará por la aparición de nuevas hojas, nuevas raíces y, eventualmente, varas florales.

Entutorado

Cuando la nueva vara gane longitud y consistencia, puedes decidir si la quieres entutorar o no. Un tutor en una vara de plástico o madera que se pincha en la maceta y a la que agarras la vara, con una pinzas o unas bridas, para que se sostenga erguida.

Lo habitual cuando compras o te regalan una orquídea nueva es que venga entutorada.

Yo suelo entutorar las orquídeas grandes para controlar el crecimiento de la vara y no romperla por accidente. También para que no se vuelque la maceta. Las orquídeas pequeñas son más manejables y también es bonito dejar que las varas hagan lo que les apetezca. Tú decides.

Cortar o no cortar las varas, esa es la cuestión

Una vez pasada la floración, cuando ya se han caído todas las flores (que por cierto, es totalmente normal, forma parte del ciclo de vida de la planta), llega el momento de podar la orquídea.

Cómo decidas cortar las varas determinará la próxima floración de tu orquídea.

Tienes dos opciones:

  1. Cortar la vara desde la base, al nivel de las hojas. La orquídea brotará de nuevo desde la misma base. Esto es lo que hago yo, porque así la orquídea tiene una forma más estructurada (en mi opinión).
  2. Cortar solamente la parte seca de la vara, justo por encima de un nudo. La orquídea brotará de nuevo desde ese nudo (o un nudo inferior). El aspecto de la planta es un poco más salvaje, pero también tiene su encanto.

Utiliza siempre unas tijeras de podar limpias y desinfectadas para cortar las varas.

Keikis

Si pensabas que una nueva vara en tu orquídea era el premio gordo, eso es porque nunca has experimentado la emoción de ver crecer un keiki en una de tus orquídeas.

Un keiki es una nueva orquídea creciendo de la anterior. Son una hojitas preciosas y diminutas que con el tiempo se convertirán en una nueva planta. Un keiki puede crecer en la base de la planta o en una vara floral, y puedes dejarlo en la planta o esperar a que desarrolle raíces y entonces trasplantarlo a otra maceta.

Resumen

  1. Te regalan/regalas una orquídea en flor y disfrutas de esa gloriosa visión mientras duran las flores, atendiendo a sus cuidados básicos.
  2. Las flores se irán secando y cayendo. Una pena, pero es la vida.
  3. Cuando caiga la última flor, puedes esperar unas semanas a que las varas empiecen a secarse.
  4. Poda las varas como decidas, desde la base o solamente la parte seca, es cosa tuya.
  5. Retira las hojas secas cuando se caigan.
  6. Sigue atendiendo a los cuidados básicos de la planta: luz, riego, fertilización.
  7. Si hace 2 años que no la trasplantas, hazlo y aprovecha para retirar las raíces secas.
  8. Cuando llegue el frío (yo hago esto en diciembre o enero), asegúrate de que tus orquídeas pasan frío de noche. Recuerda que tiene que haber por lo menos 5 ºC de diferencia entre el día y la noche.
  9. Si todo va bien, en algún momento aparecerá una nueva vara floral (¡o dos!) que con el paso de las semanas te regalará una nueva floración.
  10. Y vuelta al punto 1. :)

Espero que esta guía te ayude a disfrutar de tus orquídeas durante muchos años.

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