Cultivar jengibre en casa es bastante fácil, divertido y gratificante. Si te gustan estas cosas, claro. Si no te gustan, cómpralo en la tienda y listo. :)
Antes de empezar, debes saber que existen distintos métodos para cultivar jengibre en una maceta: cortando el rizoma en trozos, sembrándolo directamente, envolviéndolo en plástico, etc.
Aquí encontrarás el método que he seguido yo y que me ha dado buen resultado, pero si conoces otro y te funciona, adelante con él.
Cómo cultivar jengibre en una maceta
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Elige un trozo de jengibre con buen aspecto
Elige un rizoma de jengibre que tenga buen color y consistencia. Con uno es suficiente, a no ser que tengas clarísimo que quieres cultivar mucho jengibre.
Evita los rizomas que estén muy arrugados, secos o mohosos. Lo ideal es que se trate de un trozo de jengibre ecológico, puesto que, en ocasiones, los rizomas son tratados con inhibidores del crecimiento justamente para que no germinen y aguanten más tiempo. Esto no ocurre si el jengibre es ecológico.
Si la pieza que tienes no es ecológica, sumérgela en agua toda una noche para intentar eliminar parte del inhibidor. -
Germina el jengibre
Coloca el jengibre en un plato hondo con 1 dedo de agua. La parte inferior del rizoma debe estar constantemente húmeda, pero no la parte superior*. Cambia el agua cada dos o tres días y asegúrate de que no se queda sin; es normal que se evapore o la absorba el propio rizoma.
*Decide cuál quieres que sea la parte inferior del rizoma y cuál la superior, porque así es cómo deberás colocarlo siempre en el plato. Lo mejor es que la parte que tenga más 'ojos' o protuberancias sea la superior, porque de ahí nacerán los tallos.
Con los días irán apareciendo pequeñas raíces y algunos brotes verdes. Cuando ocurra sabrás que el rizoma ha germinado y es viable. En mi caso, este proceso tardó 1 mes.
Es momento entonces de ir pensando en pasarlo a tierra, pero ten en cuenta que, si tienes pensado tenerlo en el exterior, lo ideal es hacerlo cuando las temperaturas superen los 10 º C. También puedes tener la maceta unos meses en el interior y después sacarla al exterior.
Todo sea dicho, yo he tenido la planta fuera de mayo a febrero, y el invierno suave del mediterráneo (con muchas noches alrededor de los 5 º C) no parece haberle afectado. -
Prepara una maceta
Prepara una maceta con sustrato apto para plantas hortícolas, preferiblemente ecológico. Puedes combinarlo con un poco de perlita y humus de lombriz para mejorar el drenaje y aportar nutrientes.
Lo ideal es que la maceta sea amplia, por ejemplo, rectangular, para que los rizomas tengan espacio para crecer. La profundidad ideal es de unos 25-30 cm. Por supuesto, la maceta debe tener agujeros de drenaje para eliminar el exceso de agua. Esto es lo habitual, pero prefiero especificarlo por si acaso. :)
Otra opción es plantarlo directamente en el suelo, y dejar que los rizomas crezcan a sus anchas. -
Planta el jengibre
Coloca tu jengibre germinado sobre el sustrato, en la misma posición en la que lo has tenido en el plato, y entierra aproximadamente 3 cuartas partes. Es decir, no lo entierres del todo, deja algunos 'ojos' a la vista. -
Cuida de tu planta
Cuida de tu planta de jengibre como de cualquier otra planta. Riégala de vez en cuando -le gusta la humedad, pero no el encharcamiento-, procura que reciba algunas horas de luz, etc. No le gusta demasiado el sol directo, aunque lo puede tolerar.
Con el paso del tiempo, verás que crecen tallos y más tallos verdes. La planta no es especialmente bonita, pero la magia está ocurriendo bajo tierra. -
Cosecha el jengibre
Es posible cosechar pequeños rizomas tiernos cuando la planta tenga unos 3 meses -hazlo si te apetece un poco de jengibre fresco-, pero la gran cosecha llegará pasados unos 8-10 meses desde la siembra.
Muchos tallos se habrán secado e incluso caído, es normal. Puede que incluso estén apareciendo nuevos tallos verdes en otras zonas de la maceta. Esto es porque los rizomas se han ido multiplicando y estos a su vez están germinando.
Escarba en la parte donde están o estaban los tallos secos, y desentierra los rizomas que quieras. Es normal que tengan unas raíces gruesas, las eliminarás al limpiarlos, y es normal que te cueste un poco arrancarlos, puesto que estarán unidos a otros rizomas. No son como las patatas, que crecen por separado.
Hay quien recomienda desenterrar todos los rizomas de la maceta, pero yo pienso que si hay zonas con tallos verdes, es mejor dejarlos tranquilos para que sigan produciendo más rizomas. -
Lava el jengibre
Lava los rizomas bajo el grifo para eliminar la tierra y sécalos con un paño limpio. Si alguno fuera demasiado grande, puedes cortarlo en trozos.
Si has desenterrado toda la planta, guarda alguno para plantarlo de nuevo y mantener tu suministro de jengibre.
Cómo conservar el jengibre
Una forma fácil de conservar el jengibre es colocándolo en un recipiente hermético en la nevera. Esto lo mantendrá fresco durante aproximadamente un mes. Si ves que empieza a arrugarse o aparece moho, ha llegado el momento de tirarlo.
Si tu cocina no es demasiado cálida, también aguantará un tiempo a temperatura ambiente, pero procura dejarlo en un lugar seco y oscuro.
Otra cosa que puedes hacer colocar el jengibre en un recipiente apto para el congelador y congelarlo. De este modo aguantará hasta 6 meses. Lo más práctico en este caso es congelarlo en trozos pequeños, que después podrás utilizar directamente, sin necesidad de descongelarlo antes. Puedes congelarlo pelado o sin pelar, eso depende de tus preferencias. La piel es comestible.
Otra opción sería deshidratarlo, utilizando un deshidratador o una Instant Pot con tapa freidora de aire, que incluye la función de deshidratación. También podrías deshidratarlo en el horno, a unos 80 º C y con la puerta ligeramente abierta para que salga la humedad. Córtalo en rodajas y deshidrátalo el tiempo que sea necesario, dependerá del grosor de las rodajas y la cantidad de agua que contenga el rizoma.
Foto de Jocelyn Morales en Unsplash.