He tardado una eternidad en escribir esta guía porque he tardado una eternidad en aprender a cuidar de mi Ficus lyrata como es debido. Después de que se quedara sin una sola hoja, regar un triste palo durante meses y lograr revivirlo, ahora sí, me veo capaz de contarte los cuidados que necesita esta planta tan espectacular, tan bonita y tan puñetera.
Tamaño
El Ficus lyrata es una planta grande que puede alcanzar los 4 metros de altura. Es realmente preciosa, ideal para un lugar amplio y luminoso de tu casa.
Si tu techo no mide 4 metros, que ya me imagino que no, no te preocupes. Si llegara a ese punto, puedes podar o ramificar la planta, te lo explico un poco más abajo.
Existe también una variedad pequeña llamada Ficus lyrata bambino, que es una monada. Los mismos cuidados y consejos aplican para esa variedad.
Forma
El Ficus lyrata puede tomar varias formas en función de tus preferencias, del aspecto de la planta en el momento de comprarla o de lo mal o bien que se te dé cuidarla.
La forma natural del Ficus lyrata es un tallo con abundantes hojas desde la misma base del tallo hasta su parte superior. El tallo crece recto (si el peso se lo permite) y las hojas están orientadas hacia arriba.
Es posible comprar plantas con un único tallo, o plantas con dos o tres tallos en una misma maceta.
También es posible comprar plantas con un aspecto más de árbol, es decir, sin hojas en la parte inferior del tallo, y entonces hojas más arriba, como si fuera la copa de un árbol. La planta puede tener esta apariencia deliberadamente, porque se han cortado las hojas de la parte inferior, o por accidente, como es mi caso, porque se cayeron todas en una mala época que tuvo la pobre.
Crecimiento
El Ficus lyrata tiene dos fases anuales muy definidas de crecimiento y reposo.
La fase de crecimiento suele coincidir con los meses más cálidos, en los que la planta va dando hojas de dos en dos, alguna vez incluso 3 de golpe. Se trata de pequeñas hojas que crecen desde la parte central y superior del tallo hasta alcanzar el mismo tamaño que las demás. Es un espectáculo verlas crecer cada día.
Las nuevas hojas tienen una consistencia muy fina pero van ganando cuerpo con el paso de los días. Procura no tocarlas demasiado en ese punto.
Tras cada nuevo par de hojas, la planta estará un par de semanas en reposo, puede que más, y entonces crecerá un nuevo par. Así, en cada fase de crecimiento tu planta puede ganar varios centímetros de altura y sumar entre 6 y 10 hojas tranquilamente.
En la fase de crecimiento la planta tiene una necesidad extra de nutrientes, tenlo muy presente a la hora de regar y abonar. Si la planta no tuviera los recursos suficientes podría ser que se mantuviera en fase de reposo, 'saltándose' esa fase de crecimiento anual. Un drama.
Cuando llegan los meses de frío, el crecimiento de nuevas hojas se detiene y la planta entra en fase de reposo, centrando sus esfuerzos en fortalecer el tronco, que se vuelve más grueso y leñoso.
CUIDADOS DEl ficus lyrata
No es que el Ficus lyrata requiera demasiados cuidados, porque no los requiere, es que las pocas cosas que necesita tienen que estar en su punto justo. Quisquilloso, él.
¿Y qué ocurre si esto no se cumple? Que se le caerán las hojas, una detrás de otra, hasta quedar solamente el tallo. Me ha pasado y no es divertido. :(
La buena noticia es que la planta no está muerta, simplemente ha decidido prescindir de sus hojas para sobrevivir, porque su mantenimiento le sale caro a nivel de recursos internos. Si consigues mejorar sus condiciones y tienes la paciencia de cuidar de ese palo hasta la siguiente fase de crecimiento (la primavera), volverán a brotar hojas desde la parte superior del tallo y en unos meses tu planta volverá a parecer una planta, en este caso con forma de árbol.
Tan solo ten en cuenta que las hojas que se han caído no volverán a brotar. Digamos que el tronco 'cicatriza' esa herida y de ahí ya no crecerá otra hoja. Lo que sí podrías conseguir que creciera es un rama siguiendo el método 3 de ramificación que verás más abajo, pero eso se hace en uno o dos puntos del tronco, no más.
Condiciones ideales
El Ficus lyrata es una planta de interior amante de los espacios luminosos. Suele adaptarse al rincón en el que la tengas y no le gusta demasiado que la cambies de sitio.
Temperatura
Tu Ficus lyrata será feliz entre los 15 y los 28 º C. Por encima o por debajo, pues no tanto, aunque tolera mejor el calor que el frío. A pesar de no gustarle los cambios de sitio, hazlo si es necesario para mantenerlo en ese rango de temperatura.
Luz
Indirecta y abundante, junto a una ventana o bajo un tragaluz.
- Nunca sol directo
- Tampoco a través de un cristal
- Sí a través de una cortina o estor
La luz es uno de los aspectos más importantes que debes cuidar si quieres que tu Ficus sea feliz: presta atención a su incidencia e intensidad a lo largo del día y con el cambio de las estaciones.
Quizá te parezca una locura, pero yo sé a qué hora dará el sol directo en la ventana junto a la que está mi Ficus. Entonces voy y bajo el estor. ¿Que no voy a estar en casa a esa hora? Lo dejo ya bajado. Ese día quizá reciba algo menos de luz pero así sé que no se quemará.
Esta planta es una mimada, sí.
¿Hay Ficus que crecen a pleno sol? Sí, pero probablemente han nacido y crecido así y se han aclimatado.
Riego
Riega abundantemente cuando el sustrato empiece a secarse. No hace falta empapar la tierra hasta el punto de saturación de agua, pero sí que el riego sea generoso para que el sustrato lo retenga y el agua no se vaya directamente al fondo por su propio peso.
Evita el encharcamiento de las raíces utilizando una maceta que tenga agujeros en la parte inferior. El agua irá a parar a un plato o un cubremaceta. Es normal que caiga algo de agua en el momento del riego, probablemente si esperas unos 30 minutos, el propio sustrato la reabsorberá. Si no fuera el caso, retírala.
La frecuencia de riego dependerá de la estación del año, y el diámetro y material de la maceta. Yo personalmente riego mi Ficus una vez a la semana en los meses cálidos y cada 15-20 días en los meses fríos.
Actualmente lo tengo en una maceta de plástico de 30 cm de diámetro por 30 cm de alto.
Si la planta está en una maceta pequeña tendrás que regarla con más frecuencia. Si está en una maceta más grande, el sustrato retendrá más humedad y quizá no necesites regarla con tanta frecuencia.
La orientación de las hojas es un indicador a veces de la necesidad de agua. Lo normal es que las hojas de la parte superior de la planta estén orientadas hacia arriba. Las más antiguas de la parte interior puede ser que estén orientadas hacia abajo, es normal. La cuestión es que si alguna vez vieras que todas las hojas están orientadas hacia abajo, ¡algo está mal! Si hace tiempo que no riegas la planta, ese será sin duda el problema. Riégala abundantemente y cruza los dedos para que se reponga sin perder demasiadas hojas.
Humedad
La humedad ambiental es importante: el rango ideal para un Ficus lyrata ronda el 40-60 %. Esto dependerá de la zona en la que vivas y la época del año.
Si vieras que lo estás haciendo todo bien pero aun así la planta pierde hojas o los bordes de las hojas se empiezan a secar, intenta incrementar la humedad ambiental con un humidificador, un difusor o un plato con agua y bolitas de arcilla expandida bajo la planta; especialmente en los meses en los que tengas la calefacción en marcha.
Limpieza
Las hojas del Ficus lyrata son muy grandes y tienden a acumular polvo, así que es importante limpiarlas para que puedan respirar y absorber la humedad ambiental. Hazlo con un paño empapado en agua.
Si estuvieran muy sucias también puedes meter la planta en la bañera o la ducha y limpiar las hojas con el teléfono de ducha.
Una vez se haya escurrido bien y las hojas ya no goteen, puedes volver a ponerla en su maceta y devolverla a su sitio.
Limpiar las hojas con frecuencia te ayudará también a descubrir posibles plagas o infecciones y frenarlas a tiempo.
Sustrato
Utiliza un substrato para plantas verdes y añade una buena proporción de perlita para aligerarlo. También podría ser buena idea combinarlo con fibra de coco para que no sea tan denso. Lo más importante es que drene bien tras el riego para evitar el encharcamiento de las raíces.
Abono
El Ficus lyrata es exigente en cuanto a nutrientes, y es que esas hojas tan grandes no se mantienen solas.
Utiliza un fertilizante líquido para plantas verdes rico en nitrógeno diluido en el agua de riego aproximadamente cada 2 o 3 semanas durante la primavera y el verano. Es resto del año puedes aplicarlo ocasionalmente, cada 3 o 4 meses por ejemplo. También me gusta utilizar abono en forma de clavos, es muy práctico y aporta nutrientes al sustrato de un modo más progresivo.
Sigue las instrucciones indicadas en el envase para calcular la cantidad de fertilizante que debes añadir y presta atención a las hojas durante los días y semanas posteriores. El exceso de fertilizante puede quemar las hojas, úsalo con cabeza.
Trasplante
Trasplanta tu Ficus lyrata a una maceta de mayor tamaño cada dos años, preferiblemente durante la primavera. Cuando lo hagas aprovecha para eliminar las raíces que estén en mal estado, así sanearás la planta.
Una vez trasplantado, humedece bien el sustrato con agua y un poco de fertilizante diluído y espera a que drene del todo antes de meterlo en su cubremaceta.
Poda
Si tu Ficus lyrata está a punto de alcanzar el techo y necesitas podarlo por cuestiones de espacio, porque quieres propagarlo o simplemente para mejorar su aspecto, hazlo durante la primavera. Dicho esto, si no tienes más remedio, pódalo cuando sea.
Entutorado
Cuando el Ficus lyrata es joven, es posible que alcance un altura considerable pero el tronco sea aún muy fino para aguantar su propio peso.
En ese caso conviene colocar un tutor (una vara clavada en el sustrato y sujeta al tronco, como si fuera un orquídea o una tomatera) para que se sostenga mejor y no venza por el peso de las hojas.
Verás que pronto el tronco ganará grosor, especialmente en la fase de reposo, y podrás retirar el tutor.
Photo by Severin Candrian on Unsplash
Ramificación del Ficus Lyrata
El Ficus lyrata es un palo con hojas, punto. Si no haces nada, así es como crecerá. Dicho esto, es posible forzar una ramificación del tallo para que tenga un aspecto más interesante. ¿Cómo se hace?
Hay tres métodos:
Método 1: el tijeretazo
Consiste en cortar el tallo por la parte superior, llevándote las 2 o 3 últimas hojas. Eso debería incentivar una ramificación en ese punto. Me parece un pelín drástico y solo lo haría si quisiera probar suerte con la propagación, que te explico más abajo. Tienes un vídeo aquí, minuto 2:08.
Método 2: el pellizco
Consiste en arrancar con los dedos esa punta marrón y seca que se encuentra al final del tallo principal, el punto desde el que nacen las nuevas hojas. Pellizca fuerte y llévate esa parte. El tallo (verdoso en ese punto) debería quedar al descubierto, y de ahí, en el futuro, crecer dos ramas. Haz esto con guantes y procura no tocar la savia de la planta, es muy irritante.
Método 3: el corte
Consiste en hacer un corte en el tallo, unos 2 centímetros por encima de un nódulo donde en su día hubo una hoja. La profundidad debe ser suficiente como para que el tallo suelte savia, pero no más. Algo así como un arañazo profundo de 1 centímetro de largo por 2 milímetros de profundidad. Eso incentivará el crecimiento de una rama en el nódulo inmediatamente inferior al corte. Puedes ver un vídeo aquí, minuto 8:00.
Recuerda hacer esto con guantes y procura no tocar la savia de la planta, es muy irritante.
Lo más sensato es seguir cualquiera de estos métodos al inicio de la primavera, cuando la planta entra en fase de crecimiento. Yo he sido una insensata a veces.
Propagación del Ficus Lyrata
Es posible propagar un Ficus lyrata a partir de una hoja sana que cortes del tallo (no una que se haya caído), o con la parte superior del tallo si sigues el método 1 de ramificación.
Tienes que sumergir ese trozo de tallo en agua hasta que eche raíces, y entonces pasarlo a sustrato. También hay quien lo pasa directamente a sustrato. Lo mismo si se trata de una hoja.
Personalmente nunca he tenido éxito. Es verdad que lo intenté con una hoja, quizá el método del tallo sea más efectivo.
Mi consejo antes de comprarlo
No te compres un Ficus lyrata de 2 metros, 4 ramas y 275 € así de buenas a primeras. Yo me haría antes con uno más pequeño para aprender a cuidarlo, y entonces sí, si ya lo tienes dominado, te cabe en casa y te llega el presupuesto, ¡a por el grande!
O esperar con cariño y paciencia a que ese crezca, y ramificarlo como te explicaba un poco más arriba.
¡Que te diviertas!