Empecé a menstruar con 11 años y lo viví mal. Me hubiera gustado seguir siendo una niña unos años más.

Y quizá lo seguía siendo, pero cuando cada 4 semanas tienes que enfrentarte al dolor y la sangría de las primeras reglas, pues como que creces, y ya.

Y no solo es eso. Ahora, con casi 42, me enfrento a una reserva ovárica baja que quizá me dure 10 años o me dure 2. Ahora sí quiero menstruar, ahora sí me hace bien.

Alimentación infantil, estado metabólico y pubertad

Hace unos meses leía un artículo del doctor Ben Bikman donde explica que se están reduciendo los años de infancia de los niños y niñas porque se está adelantando la adolescencia.

Y no se refería a que los niños suban ahora más precoces, con un teléfono mejor que el tuyo y toda esa actitud; sino literalmente al despertar prematuro de las gónadas sexuales.

Explica el doctor que, en el año 1800, la primera regla solía aparecer alrededor de los 16 años. Los 14 en 1950. Los 10 ahora.

Hay varios motivos detrás de esta precocidad, como cuestiones genéticas y medioambientales (los infames disruptores endocrinos), incluso emocionales (entorno familiar, estrés) pero existe también un determinante poderoso en el caso de las niñas: el estado metabólico.

Resulta que la pubertad tiene mucho que ver con la leptina, una hormona secretada por el tejido adiposo: a más tejido adiposo, más leptina.

La leptina envía al cerebro la señal de saciedad después de comer, pero también le dice ‘oye, aquí hay suficiente grasa corporal como para que empecemos a desarrollarnos y reproducirnos, que al fin y al cabo, hemos venido a eso’ (no lo digo yo, lo dice nuestro imperativo biológico).

Para complicar las cosas, resulta que la leptina y la insulina se retroalimentan, lo que llegado a un punto activa la producción de precursores de las hormonas sexuales en el cerebro primero y en las gónadas después.

Alimentación infantil

Nadie está hablando aquí de dieta cetogénica para niños, pero entre eso y el libre albedrío de chuches, zumos y galletas, hay un mundo.

Mi hijo come en casa y esta es una guerra con la escuela en la que no quiero entrar, pero a ese menú escolar que veo colgado en la puerta del colegio le sobran carbohidratos y le falta proteína.

Si tu hijo come en el cole, cuida de su desayuno y su cena. Asegura un correcto aporte de proteína de calidad y grasas saludables, además de verduras ricas en micronutrientes: crucíferas, hoja verde, etc.

El inicio de la pubertad depende de muchas cosas, pero la alimentación es de las pocas que está en tus manos.

Y no hay prisa, todo a su tiempo.

Referencias

  • Tienes el artículo del doctor Bikman y sus referencias en este enlace.
  • Además publica contenido muy interesante en su perfil de Instagram.

Foto de Patrick Fore en Unsplash.