Una cocotte es uno de esos utensilios que han sobrevivido a generaciones, modas y nuevos materiales porque permite cocinar de forma homogénea y con resultados espectaculares.
Se trata de una cacerola de hierro fundido recubierta por una capa de esmalte vitrificado que la hace más resistente y fácil de mantener.
Probablemente siempre te haya hecho ilusión tener una...
A mí, mucha.
Bien escogida, es también un utensilio duradero y libre de tóxicos que ha revalorizado su uso frente a otras cacerolas con recubrimientos antiadherentes de dudosa seguridad.
Además, no necesita curado ni reacciona con los alimentos ácidos (tomate, limón, etc.) como sí ocurre con el hierro mineral.
Cacerola de hierro esmaltado
Una cocotte es una cacerola de hierro fundido recubierta por una capa de esmalte vitrificado. Ese esmaltado genera una superficie muy estable, no porosa y resistente a los ácidos que, a diferencia del hierro mineral, no necesita curado, no se oxida y no interactúa con los alimentos ácidos (tomate, limón, vinagre, etc.).
Para quienes buscamos cocinar con materiales seguros y duraderos, esta combinación es especialmente interesante: el hierro fundido retiene y reparte el calor de forma uniforme y el esmalte añade practicidad y seguridad.
Concretamente, el esmalte vitrificado de una cocotte de hierro es una capa de cerámica adherida al hierro fundido a altas temperaturas. Esta capa protege el metal, es fácil de limpiar y mejora la conducción del calor.
El esmalte no es antiadherente, pero calentado la cacerola poco a poco y añadiendo un poco de aceite (ninguna exageración), se puede cocinar en ella de una forma muy fácil, probablemente un poco más que en mis queridas sartenes de acero inoxidable sin antiadherente.
Pero no todos los esmaltados son iguales, esto depende del fabricante.
Yo puedo hablar por el esmaltado de las cacerolas que te propongo aquí, porque he visto los análisis de metales pesados, y los supera con nota.
Características más relevantes
- Distribuye el calor de manera uniforme, lo que permite cocinar a fuego lento con una estabilidad térmica que otros materiales no ofrecen.
- Es compatible con inducción, gas, vitrocerámica, placa eléctrica y horno, incluida la tapa, lo que facilita cocciones mixtas (primero al fuego y después en el horno) o distintos modos de cocinar la misma receta, en función de lo que te apetezca, de si tienes los fogones ocupados, de la hora del día a la que encender el horno te vaya salir mejor de precio, de si es invierno y quieres aprovechar para calentar la cocina o es verano y no vas a encender el horno ni de broma... en fin, esas cosas.
- Se limpia muy fácilmente y es apta para lavavajillas. La única precaución es secar bien el borde no esmaltado de la cacerola y de la tapa, que queda a la vista y requiere un secado completo.
- Está libre de tóxicos y no necesita mantenimiento: no requiere curado, no necesita engrasado y no depende de recubrimientos que puedan degradarse con el tiempo.
Usos culinarios
Una de las razones por las que una cocotte sigue siendo un utensilio tan preciado, incluso en cocinas profesionales, es porque permite muchas cocciones distintas.
Cocina a fuego lento
Los guisos tradicionales, los estofados largos y cualquier preparación que requiera ablandar fibras musculares se benefician enormemente de la inercia térmica del hierro fundido. Al calentarse de manera progresiva y mantenerse estable, la cocotte reduce el riesgo de picos de temperatura que podrían contraer la proteína y secar la carne.
Cocciones al horno
El paso de fuego a horno sin cambiar de recipiente es uno de los puntos fuertes del hierro esmaltado. La tapa favorece un entorno húmedo similar a un horno holandés clásico, donde la evaporación se condensa y vuelve a caer sobre el alimento (verás que el interior de la tapa tiene unos puntitos específicamente diseñados para esto). Esta técnica es especialmente útil para aves enteras, panes de masa madre, asados de verduras y pescados delicados.
Pescados
El hierro esmaltado es ideal para recetas como pescado al horno con verduras, guisos marineros y mariscos. A diferencia del hierro sin esmaltar, no altera el sabor ni requiere de demasiado aceite.
Horneado de pan
Una cocotte es uno de los recipientes más eficaces para hornear pan en casa. La tapa atrapa el vapor natural de la masa durante los primeros minutos del horneado, lo que permite una expansión óptima de la masa y contribuye a la formación de una corteza crujiente.
Salsas, reducciones y fondos
La distribución uniforme del calor favorece una evaporación controlada sin riesgo de sobrecalentamiento en puntos concretos, lo que resulta muy útil para preparar fondos caseros, reducciones o caldos más concentrados. Además, el esmalte no reacciona con los ácidos presentes en vino (si es que lo usas), tomate, vinagre o cítricos, un detalle relevante para evitar la migración de metales.
Salteados suaves y rehogados
Aunque no es un utensilio diseñado para salteados de alta temperatura como un wok, una cocotte se comporta muy bien en salteados suaves, sofritos iniciales y cocciones en las que la base de la receta (cebolla, puerro, apio, tomate) requiere tiempo y cariñito.
Repostería y postres calientes
Esto tengo que probarlo, pero al parecer, su estabilidad térmica la hace ideal para crumbles, puddings y otras preparaciones que deben cocerse primero en el fuego para después terminarse en el horno.
Gratinados y terminaciones a alta temperatura
El esmalte soporta altas temperaturas, incluida la función grill del horno. Esto permite terminar platos con queso gratinado, dorar la piel del pollo al final de la cocción o añadir capas finales de verduras laminadas sin riesgo para la cacerola.
Cuidados y mantenimiento
Una cocotte de hierro esmaltado no es demasiado exigente: no necesita curado, no requiere aceitado posterior y se limpia como cualquier otra cacerola. Tan solo es importante tener en cuenta un par de consejos:
Limpieza después de cada uso
Aunque es apta para lavavajillas, la limpieza a mano con agua caliente y lavavajillas suele ser suficiente para eliminar restos, incluso después de cocciones largas. El esmalte no es poroso, por lo que no absorbe sabores ni olores. Para restos adheridos, basta con dejar la cacerola en remojo durante unos minutos o hervir agua para despegarlos. Puedes añadir un poco de bicarbonato al agua si quieres.
Secado completo
El borde no esmaltado, tanto de la cacerola como de la tapa, tiene que quedar bien seco después de cada lavado para evitar la oxidación. Detallito importante.
Colores y tamaños
Estas cacerolas están disponibles en dos colores y dos tamaños
Hay versión redonda –ideal para panes, sopas, guisos y piezas pequeñas– y versión ovalada, que es especialmente práctica para aves, pescados enteros o piezas grandes de carne.
Cada una está disponible en azul turquesa y rojo. Yo tengo la ovalada en azul y la redonda en azul y rojo. Soy un caso, ya lo sé.
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